LONDRES.- El final fue inesperado y triste. David Nalbandian estaba bien encaminado hacia el título de Queen's, en Inglaterra. Derrotaba al croata Marin Cilic por 7-6 y 3-4, pero la frustración por perder el servicio en el segundo parcial lo cegó, a tal punto que fue descalificado del partido.
El séptimo juego fue mortal. El quiebre de saque de Cilic causó la ira del cordobés, que le pegó una patada, digna de un jugador de fútbol americano, a la caja de protección de un juez de línea ubicado en un lateral del coqueto court central. La reacción de dolor intenso de Andrew McDougall, el infortunado encargado de custodiar la línea, desvió la atención del marcador que ponía en desventaja a Nalbandian en el parcial.
McDougall se estremeció del dolor y se agarró fuerte la pierna, antes de levantarse el pantalón y ver que tenía sangre procedente de la tibia.
Luego de prolongadas discusiones entre el juez de silla y otras autoridades del torneo, el árbitro del partido Fergus Murphy entregó el triunfo a Cilic y descalificó a Nalbandian por "conducta antideportiva". Los 12.000 espectadores que colmaban el estadio silbaron, abuchearon y pidieron "que se juegue", pero el partido estaba terminado.
En desacuerdo
Las reglas de la ATP (siglas en inglés de la Asociación de Tenistas Profesionales) indican una descalificación inmediata en instancias como esta. Sin embargo, el número 39 del ranking mundial lamentó lo sucedido, aunque se sintió castigado de manera muy severa. "Es un momento duro terminar una final así. A veces sentimos la presión de la ATP. Es un error y tengo que pagar por eso", sostuvo Nalbandian.
"Hay muchas reglas y a veces la ATP no hace nada. El reglamento es muy grande. La ATP ha cometido errores con los jugadores y no pasa nada", agregó.
Mientras tanto el campeón del torneo no pudo más que reconocer que el camino hacia la victoria fue atípico. "No es la manera en que quería ganarlo. Es una sensación muy amarga cuando el partido se estaba calentando. Es difícil ver un desenlace como este en una final", manifestó Cilic que fue abucheado cuando recibió su 7° trofeo profesional. (Reuters-Especial)